viernes, 20 de febrero de 2015

Cuaresma...


Catequesis del Papa: "Cuaresma es arreglar la vida"


Si fuéramos... la Cuaresma sería

-Si fuéramos automóviles, la Cuaresma sería el tiempo de cambiar el aceite y afinar el motor. 

-Si fuéramos jardines, la Cuaresma sería tiempo de fertilizar nuestra tierra y arrancar las malas hierbas.

-Si fuéramos alfombras, la Cuaresma sería tiempo de darles una buena limpieza con el aspirador o una buena sacudida.

-Si fuéramos baterías (pilas), la Cuaresma sería tiempo de recargarlas. 

Pero no somos ninguna de estas cuatro cosas: 

-Somos personas que, quizá, muchas veces hemos hecho cosas malas y necesitamos arrepentirnos de ellas. De aquí la necesidad de hacer una buena confesión. 

-Somos personas que muchas veces nos dejamos llevar por nuestro egoísmo y que, por lo tanto, necesitamos empezar a pensar en los demás. De aquí la necesidad de la limosna. 

-Somos personas que muchas veces perdemos de vista el fin para el que fuimos creados por Dios. Necesitamos, pues, recobrar la vista. De aquí la necesidad de la oración.

jueves, 19 de febrero de 2015

Cuaresmario 2015

“Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón… Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.” Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2015.

Una nueva Cuaresma, una nueva oportunidad de crecer en la fe, y en este año 2015 también de ¡fortalecer nuestro corazón! Al igual que en el 2014, Católicos con Acción desea proponer en esta ocasión a nuestra gran comunidad virtual y a la Iglesia toda, una sencilla herramienta para vivir esta Cuaresma de una manera diferente, una Cuaresma con Acción y, esta vez, ¡DE CORAZÓN!

El Cuaresmario 2015 de Católicos con Acción es una herramienta sencilla en su presentación, fácil de comprender, pero retadora en su vivencia; haciendo eco del Mensaje del Papa Francisco para esta Cuaresma 2015, hemos querido que la Cuaresma con Acción sea en esta ocasión una oportunidad para “fortalecer nuestros corazones” (Santiago 5, 8). En comunión con el llamado del Santo Padre a todos los cristianos, Católicos con Acción se une a la plegaria de la Iglesia, que en esta Cuaresma pide al Señor Jesús “haz mi corazón semejante al tuyo”; un “corazón fuerte y firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios”.

Este año la Cuaresma con Acción nos invita a algo más que cumplir un desafío diario; es una invitación a que el cristiano católico ponga su mirada en el Crucificado que viene a su encuentro y le pide que también salga al encuentro del hermano; porque como cristianos no podemos dejarnos llevar por la “globalización de la indiferencia”, más bien, sostenidos por la Cruz de Cristo, debemos ser pequeñas islas de misericordia en medio de mares de indiferencia.

La Cuaresma con Acción es una invitación a ser Iglesia, peregrina y misionera, en comunión toda, depositaria y obrante de la misericordia divina. Es una invitación a hacer y meditar, y a que día con día, cada hermano deje que el Señor moldee su corazón: “Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro” (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2015).

Cuaresma con Acción, 40 días, 40 desafíos; además de la herramienta gráfica del Cuaresmario, Católicos con Acción compartirá diariamente el desafío del día, una pequeña explicación sobre el mismo, así como sugerencias de cómo llevarlo a la práctica; también se compartirá el Evangelio del día, acompañado de una pequeña reflexión que una nuestro actuar a la fe. Invitamos a todos los Católicos con Acción que desde cualquier lugar compartan con nosotros su caminar con el Cuaresmario, para que con su testimonio animen a otros a unirse a esta iniciativa y que tantos hermanos nuestros también tengan la oportunidad de, en esta Cuaresma, fortalecer sus corazones en el Señor Jesús.

Esta herramienta es de toda la Iglesia y para la gloria de Dios; por ende puedes (y debes) compartirla en las Parroquias, comunidades eclesiales, colegios, escuelas, grupos juveniles, movimientos, pastorales, familias… y no te olvides sobre todo de compartirla con aquel hermano tuyo que necesite en este momento fortalecer su corazón: “La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad” (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2015).

¿Estás listo para vivir esta Cuaresma con Acción? Desafíate a ti mismo y deja que Jesús transforme tu corazón.

¡Buena ruta, hermanos!

Somos comunidad. Juntos caminamos en este tiempo de Cuaresma hacia Jesús. Juntos nos cuidaremos en esta ruta, porque el amor es nuestra seña. Juntos nos ayudaremos con el ayuno que Dios quiere (la misericordia),  la limosna (el compartir) y la oración (la unión de corazones con el Señor). Juntos y con la proximidad del Espíritu, tan discreto y tan buen acompañante.

¡Qué tiempo tan espléndido para hacerlo realmente en comunión! Preocupados unos por otros, sin individualismos, teniendo una mirada más amplia que la propia.

La Cruz será nuestra señal y nos guiará. Acoger la cruz, cargar con ella, asumirla, llevarla con garbo y alegría. Ser pequeños Cirineos con los que no puedan con ese peso. Cuaresma, tiempo de solidaridad.

Si las fuerzas decaen, ya vemos dónde anda la gasolinera: ayuno, limosna y oración. Tan sencillo y, a veces, cómo nos aturrullamos en el camino.

Nos encontraremos con baches y con dificultades. Tropezaremos en la piedra (¿cuántas veces?). No importa. El perdón de Dios es más grande que nuestras caídas y torpezas.

Y, al final, Cristo Resucitado, que vence al pecado y a la muerte. Hacia Él caminamos. ¡Buena ruta, hermanos!

Recuerda...


Misa del Miércoles de Ceniza






















 



viernes, 13 de febrero de 2015

Miércoles de Ceniza

La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.

El Miércoles de Ceniza la Iglesia marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de preparación a la Pascua que termina el Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna.


Al momento de la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos recuerda las palabras del Génesis, después del pecado original: “Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir”, que recuerdan a los fieles tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecadores y la realidad de la muerte.

domingo, 1 de febrero de 2015

2 de febrero: Fiesta de la Presentación del Señor

Hoy se celebra la fiesta de la presentación del Señor en el templo de Jerusalén, a los cuarenta días de su nacimiento, popularmente conocida como "la Candelaria", por la procesión con velas que precede a la misa. En griego la llaman "Hypapante", que significa fiesta del "Encuentro" de Jesús con su pueblo.

La fiesta comenzó a celebrarse en Jerusalén y está documentada desde el s. IV. Los peregrinos la fueron extendiendo por las iglesias locales. En el s. VI ya se celebraba en Roma y en Constantinopla, donde fue llamada Hypapanté (que significa «encuentro» en griego). En el s. VII, e Papa Sergio I estableció la procesión previa a la misa, con velas en las manos, desde la iglesia de san Adrián, en el foro romano, a la de santa María la Mayor. De ahí recibió el nombre de fiesta de la Candelaria. En el s. VIII en las Galias tomó el nombre de Purificación de María, que conservó hasta 1969. 

En la actual monición para la bendición de las velas, se hace referencia al contenido de la fiesta, uniéndola a las pasadas celebraciones de Navidad y subrayando la idea oriental del “encuentro” de Cristo con su pueblo: «Hace hoy cuarenta días hemos celebrado, llenos de gozo, la fiesta del Nacimiento del Señor. Hoy es el día en que Jesús fue presentado en el templo para cumplir la ley; pero, sobre todo, para encontrarse con el pueblo creyente. Impulsados por el Espíritu Santo, llegaron al templo los santos ancianos Simeón y Ana, que, iluminados por el mismo Espíritu, conocieron al Señor y lo proclamaron con alegría. De la misma manera nosotros, congregados en una sola familia por el Espíritu Santo, vayamos a la casa de Dios, al encuentro de Cristo. Lo encontraremos y lo conoceremos en la fracción del pan, hasta que vuelva revestido de gloria». 

La antigua fórmula de bendición de las velas pedía para sus poseedores «la salud de cuerpo y alma, en tierra y en mar». Por eso eran muy valoradas y se conservaban como un bien precioso, para ser encendidas en caso de tormentas y huracanes, de enfermedades graves, cuando una mujer daba a luz y cuando se llevaba el viático a un miembro de la familia. Recuerdo como, en mi infancia, cuando se iba la luz, con motivo de una tormenta, se encendían las velas bendecidas en la Candelaria y se rezaba alguna oración.

En este día se suele bendecir a las mujeres que durante el año anterior han sido madres, junto con sus hijos: «Oh Dios, autor y protector de la vida humana, que has concedido a estas hijas tuyas el gozo de la maternidad, dígnate aceptar nuestra alabanza y escucha con bondad lo que te pedimos: Que guardes de todo mal a las madres y a sus hijos, que los acompañes siempre en el camino de la vida y que, a su tiempo, los acojas en la felicidad de tu morada eterna». 

Jesús, que pertenecía a Dios totalmente desde antes de su concepción, es consagrado al Señor como propiedad suya. Los religiosos han ofrecido también sus vidas a Dios por medio de los votos de castidad, pobreza y obediencia. Por este motivo, desde hace algunos decenios se celebra en este día una jornada especial de oración y de renovación pública de los votos religiosos. Juan Pablo II la extendió a toda la Iglesia en 1997. Benedicto XVI recuerda que «la oblación del Hijo de Dios, simbolizada por su presentación en el templo, es un modelo para los hombres y mujeres que consagran toda su vida al Señor». 

En el evangelio del día, el anciano Simeón proclama al Niño «luz para alumbrar a las naciones». También dice que será un signo de contradicción y anuncia la espada de dolor que traspasará el alma de su madre. De esta manera, esta fiesta, que en cierto sentido cierra el ciclo natalicio, es también profecía de la pasión del Primogénito y de su misterio pascual.

Fotos de la Misa del IV Domingo del Tiempo Ordinario









Misas e intenciones de la semana